Los inhibidores químicos de la piridoxal quinasa incluyen un conjunto diverso de compuestos que interfieren en la actividad de la enzima mediante diversos mecanismos bioquímicos. El gosipol puede inhibir la actividad de las enzimas deshidrogenasas, que son cruciales para mantener los niveles de cofactor que la piridoxal quinasa necesita para la fosforilación de la vitamina B6. Esta acción disminuye la capacidad de la enzima para convertir la vitamina B6 en su forma activa de fosfato. Del mismo modo, la inhibición por el triclosán de la proteína transportadora de enoyl-acil reductasa afecta a la síntesis de ácidos grasos, que es necesaria para mantener el entorno lipídico esencial para el funcionamiento óptimo de la piridoxal quinasa, inhibiendo así la enzima. El cloruro de difenilenodonio interfiere con las cadenas de transporte de electrones, reduciendo la energía metabólica que la piridoxal quinasa necesita para catalizar las reacciones de fosforilación.
Además, el metotrexato inhibe indirectamente la piridoxal cinasa al actuar sobre la dihidrofolato reductasa, lo que provoca una reducción de los niveles de folato y afecta al metabolismo de los aminoácidos, en el que la piridoxal cinasa desempeña un papel clave. La inhibición de la timidilato sintasa por el 5-fluorouracilo altera el metabolismo de la pirimidina, lo que a su vez puede reducir la reserva de nucleótidos necesaria para las reacciones de fosforilación que realiza la piridoxal quinasa. La inhibición de la aldehído deshidrogenasa por el disulfiram conduce a una acumulación de aldehídos que pueden unirse al piridoxal, el sustrato de la piridoxal quinasa, obstaculizando así la función de la enzima. El clotrimazol inhibe las enzimas del citocromo P450 y podría afectar a la síntesis de moléculas necesarias para estabilizar la estructura de la piridoxal quinasa, provocando su inhibición. El sorafenib, aunque se conoce principalmente por su acción sobre otras quinasas, puede inhibir la piridoxal quinasa reduciendo la reserva de ATP disponible para la fosforilación o provocando impedimentos estéricos. La genisteína, un inhibidor de la tirosina cinasa, puede inhibir los sitios de unión del ATP en las cinasas, incluidos potencialmente los de la piridoxal cinasa, impidiendo así su actividad. El alopurinol inhibe la xantina oxidasa, lo que puede afectar a los niveles de ATP y, en consecuencia, a la actividad de la piridoxal quinasa. El ortovanadato sódico, un inhibidor de la fosfatasa, puede impedir los procesos de desfosforilación necesarios para proporcionar grupos fosfato libres para la acción de la piridoxal quinasa. Por último, el imatinib puede unirse de forma no selectiva al sitio de unión al ATP de la piridoxal quinasa, inhibiendo su capacidad de fosforilar la vitamina B6 por competencia con el sustrato ATP.
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