XPC Inhibidores

Entre los inhibidores de la XPC más comunes se encuentran, entre otros, la cafeína CAS 58-08-2, la curcumina CAS 458-37-7, el resveratrol CAS 501-36-0, la berberina CAS 2086-83-1 y la quercetina CAS 117-39-5.

Los inhibidores de la XPC pertenecen a una clase química diversa de compuestos orgánicos conocidos por su capacidad para modular la actividad de la proteína XPC, un actor crítico en la intrincada maquinaria de reparación del ADN. La proteína XPC es un componente integral de la vía de reparación por escisión de nucleótidos (NER), que salvaguarda la integridad del material genético identificando y extirpando las lesiones del ADN inducidas por diversos factores ambientales, como la radiación ultravioleta (UV) y los mutágenos químicos. Los inhibidores de la XPC, por tanto, son compuestos o moléculas que se han identificado y desarrollado para atacar específicamente e interrumpir el funcionamiento normal de la proteína XPC dentro de este sistema de reparación del ADN.

Las estructuras químicas de los inhibidores de la XPC pueden ser muy variadas y abarcan tanto productos naturales de origen vegetal, como flavonoides y alcaloides, como compuestos sintéticos. Estos inhibidores ejercen sus efectos interfiriendo en la interacción entre la XPC y el ADN dañado, impidiendo el reconocimiento y la unión de la proteína XPC a las lesiones del material genético. Algunos inhibidores de la XPC actúan modulando la expresión del gen XPC, reduciendo así los niveles globales de la proteína XPC disponibles para los procesos de reparación. Los mecanismos específicos por los que actúan los inhibidores de la XPC pueden diferir entre compuestos, pero todos comparten el objetivo común de alterar la capacidad de la maquinaria de reparación del ADN para detectar y eliminar eficazmente el ADN dañado, afectando en última instancia a la capacidad de la célula para mantener la estabilidad genómica. Los investigadores han explorado las aplicaciones de los inhibidores de la XPC en diversos campos, como la fotoprotección, donde su capacidad para aumentar la sensibilidad de las células al daño del ADN o inhibir los procesos de reparación puede aprovecharse para fines específicos. Sin embargo, es importante destacar que estos compuestos se caracterizan principalmente por su interferencia con el papel de la proteína XPC en la reparación del ADN, lo que los convierte en valiosas herramientas para comprender los procesos celulares relacionados con el mantenimiento y la integridad del genoma.