La IL-23R, una subunidad receptora específica del complejo receptor de la interleucina-23 (IL-23), desempeña un papel crucial en la regulación de las respuestas inmunitarias, especialmente en el contexto de las enfermedades inflamatorias y autoinmunitarias. Como miembro de la familia de citocinas IL-12, el IL-23R interviene en la mediación de cascadas de señalización que impulsan la diferenciación y activación de las células T helper 17 (Th17), lo que conduce a la producción de citocinas proinflamatorias como la interleucina-17 (IL-17) y la interleucina-22 (IL-22). Estas citocinas contribuyen a la patogénesis de diversos trastornos inmunomediados, como la psoriasis, la artritis reumatoide y las enfermedades inflamatorias intestinales.
La inhibición del IL-23R puede conseguirse mediante diversos mecanismos, tanto directa como indirectamente. Los inhibidores directos pueden dirigirse a la propia proteína IL-23R o a sus componentes de señalización descendentes, bloqueando la activación del receptor o los eventos de señalización descendentes. Alternativamente, los inhibidores indirectos pueden modular vías de señalización o procesos celulares previos a la expresión o activación de la IL-23R, suprimiendo así su expresión o función. Estos inhibidores pueden interferir con vías de señalización clave implicadas en la regulación inmunitaria, como la señalización de la Janus quinasa (JAK)/transductor de señales y activador de la transcripción (STAT), la señalización del factor nuclear kappa B (NF-κB) y la señalización de la diana de rapamicina en mamíferos (mTOR), entre otras. Al dirigirse contra la IL-23R y sus vías asociadas, estos inhibidores son prometedores para el desarrollo de estrategias destinadas a mitigar las enfermedades inflamatorias mediadas por el sistema inmunitario.
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